GRANADA (EXCÉLSIOR), sábado 8 de febrero de 2014.– Eduardo Lizalde recibió el jueves por la noche el Premio Federico García Lorca en un acto presidido por los príncipes en el que Felipe de Borbón comparó el bagaje cultural del poeta mexicano con el del granadino universal, al entregar un galardón que afirma “la idea y la realidad de la comunidad iberoamericana”.
Durante la ceremonia, celebrada en el auditorio Manuel de Falla de Granada, los príncipes de Asturias entregaron el premio a Lizalde (Ciudad de México, 1929), que pronunció un discurso centrado en la figura de Lorca, al que consideró “un mago”.
El príncipe alabó de Lizalde su “profundo conocimiento musical, que resulta decisivo a la hora de plasmar un ritmo, una cadencia y una belleza sonora que únicamente corresponde a las grandes figuras de la poesía”.
La trayectoria de Lizalde, resaltó el monarca, evidencia la “amplitud de registros” de un escritor en el que “se diluyen las fronteras entre lo clásico y lo coloquial, y del que aflora una “perfecta conjunción entre sabiduría y potencia lírica, entre el sentir y el declamar, entre el alma y su sustento: la palabra”.
Felipe advirtió que “a nadie extraña” que desde Granada “se haya tomado como referencia o como espacio literario el constituido por tantas naciones de lengua española que, al mismo tiempo, conforman el ámbito iberoamericano con diferentes idiomas y culturas”.
De Lorca, que da nombre al premio, elogió su capacidad para proyectar “su arte y sensibilidad” a Iberoamérica.
José Emilio, presente
El príncipe, además, tuvo un recuerdo especial para José Emilio Pacheco, también galardonado con este premio y fallecido recientemente.
La figura de García Lorca centró la intervención del premiado, que inició su discurso con la lectura de un poema de su obra Otros tigres y continuó relatando su admiración por quien fue “el ángel de toda una generación (la del 27)”, un poeta que destacó desde su juventud “como celebérrimo torero” por su creatividad.
“Lorca era un mago, todo lo que tocaba se volvía arte y espectáculo, era único entre iguales”, incidió Lizalde, tras recibir un premio que “honra” a “poetas menores” como él.
“Debido a la diáspora de maestros, filósofos y poetas que vivieron en nuestro país, fuimos amigos de contemporáneos de Lorca como (Luis) Cernuda y otros que murieron en México”, recordó Lizalde, para quien el poeta, con una obra “más extensa, luminosa y original que la de los miembros contemporáneos de su tiempo”, era “un milagro, un portento de creador”.